viernes, 27 de enero de 2012

El día que Borja perdió la cabeza


El dia que  Borja de Miguel conoció a María, perdió la claridad con la que veía y entendía la vida.

Borja de Miguel. - Muy buenos días, ¿es esta la oficina de objetos perdidos?
Antonio  -Sí señor, de objetos y causas perdidas. ¿En qué puedo ayudarle?
B.M - Mi cabeza
A - ¿Su cabeza?, ¿Dónde está su cabeza?
B.M -  Exacto la he perdido por una mujer, Maria…
A -   No se preocupe, no será usted el primero ni el último, pasillo 2 giré a la izquierda en el pasillo 10 
una vez pasado la zona del norte.
B.M -  ¿El norte sigue por aquí?
A - Si señor, por qué lo pregunta, ¿ha perdido usted también el norte?
B.M -  No que va, tan sólo pensé que el sur vendría a buscarlo, al fin y al cabo se debe sentir muy sólo, el Este y el Oeste se tiene mutuamente, pero el pobre Sur, que raro que no viniera a por el norte, tal vez...
A -  Bueno, bueno parece que usted no sólo perdió la cabeza también perdió la razón!!!, pasillo 13 cerca de…
B.M - La razón no la perdí jamás muy señor mío, pues no se puede perder algo que uno nunca tuvo, no quiero decir con esto que estuviera siempre equivocado, pero si entendemos la razón como la facultad formuladora de principios, tal y como decía mi amigo Kant yo jamás formule más que algún teorema pero ningún principio y claro..
A -   Así que conoció usted a Kant, impresionante
B.M -  ¡¿A Kant?!, Kant caballero murió en 1804,¿ha perdido usted el juicio o se mofa de mí?
A -  Mofarme, líbreme Dios, y el juicio, muchas veces me pregunto cómo no lo he perdido ya mil veces con el rosario de ilustres personajes y diversidad de eminencias que pasan todos los días por aquí, gracias a dios mantengo mi mente despejada con un objetivo claro en la vida, eso me ayuda a no perder el rumbo
B.M -  Pues sepa usted qué hace muy mal, apostaría mi cabeza a que nadie que perdió el rumbo vino jamás a buscarlo… pues
A -  Le recomendaría que no apostara algo que aun no ha recuperado, ya sabe pasillo diez
B.M -  Como le decía tener un rumbo marcado implica llegar a un objetivo o meta definido con anterioridad. Cualquier meta es un límite al desarrollo potencial si es alcanzable, o una frustración si tal vez fuimos muy ambiciosos al fijarla, por lo tanto el rumbo no sólo determina un resultado inevitable y consecuentemente conocido sino que nos coarta, por eso yo soy más partidario del libre albedrío. El ir a la deriva nos hace libres por eso nadie quiere su rumbo de vuelta una vez lo pierde
A -  Si puede ser, o  tal vez simplemente no vinieron por que estaban desorientados y no encontraron el camino, al fin y al cabo habían perdido el rumbo. Pero yo no pierdo la esperanza de que todo rumbo encuentre su dueño.
B.M - La esperanza del latín sperāre bonita palabra pero triste realidad. Sabía usted que de esta misma raíz latina derivó el verbo esperar ,y eso es lo que hace usted aquí, esperar por esperanza, que ironía pues no espere mucho señor mío que la vida no aguarda a nadie
A – Le agradezco el consejo y ahora si no le importa estoy muy ocupado y me está haciendo usted perder el tiempo…
B.M -  Pero hombre eso no debería ser problema para usted,  no hay cosa mejor para el que espera que el que se pierda un poco de tiempo, pues más corta será la espera y aun así si lo echa de menos siempre lo puede encontrar usted en alguno de esos pasillos.
A -   Va a conseguir usted que pierda los papeles, y le aseguro que esta vez no iría a buscarlos
B.M -  Discúlpeme usted si le he ofendido, tan sólo quería mantener una conversación amena, pero veo que no es de su agrado así que creo que voy a ir a por mi cabeza y le dejaré tranquilo
A -  Disculpa aceptada, pues posiblemente el no tener cabeza le impida pensar con claridad en lo que dice. Suerte con su búsqueda y tenga usted buena tarde.
5 mint más tarde
A - Disculpeme usted señor, pero esa que lleva usted puesta no es su cabeza
B.M - Ohh,  ya pero al encontrar mi cabeza y he visto que  tenerla otra vez no me hacía ver las cosas más nítidamente, ni entender lo más mínimo a Maria. Pensé que tal vez  el desuso la dañó y esta en cambio…
A - Muy señor mio aquí las cosas se van como vinieron, y ya sabe usted lo que dicen el habito no hace al monje, ni el conocimiento da sabiduría, además la compresión del ser humano amigo mio, viene la mayoría de las veces de la aceptación no del  análisis y la disección.